martes, 24 de mayo de 2011

Cuando seas feliz, superando el shock psicologico

Juan Pablo García Vallejo

“Cuando una persona le comunican que es portadora del VIH, su mundo se desploma. Pero lo cierto es que, después de varias semanas las personas que han dado positivo acostumbran a sentirse emocionalmente menos angustiadas y más dispuestas a adaptarse a la nueva situación“, afirma la terapeuta Mónica Esgueva en su libro Cuando sea Feliz, publicado por la editorial Urano.
Actualmente existe mucha literatura sobre el siempre inabarcable e inasible tema de la felicidad y cómo conseguirla. Pues la felicidad se olvida cuando se presentan momentos de adversidad o infortunio inesperado de forma consciente pese a que los estados de bienestar o de estabilidad emocional se viven inconscientemente como si no existiera el sufrimiento o el dolor.
Estos e debe a que nos educan para negar nuestras emociones y cuando necesitamos resolver los conflictos invisibles no es de gran ayuda el mundo materialista que nos ha castrado parte de nosotros mismos.
A me interesó Cuando seas feliz cuando leí la cita inicial de esta colaboración porque poco se trata el aspecto psicológico, el mundo emocional o invisible, que se trastoca cuando alguien le dan un resultado positivo en una prueba de detección. Y esto se debe a que hemos estado inundados de valores materialistas, dominado por el tener y no el ser, donde lo que importante es siempre el placer, pasársela bien con nuestra sexualidad, con el ocio o la recreación, etc. Pero paradójicamente esta orientación hacia el principio del placer nos lleva directo a vivir el principio de realidad a veces es doloroso y causa mucho sufrimiento por hechos no previstos.
“Las probabilidades que tenemos de que todas nuestras ambiciones se vean cumplidas son mínimas. Tarde o temprano hemos de enfrentarnos a coyunturas que contradicen nuestros fines: desilusiones, enfermedades, reveses financieros, pérdidas, e inevitablemente nuestra propia muerte. Cada uno de estos hechos ineludibles es causa de desorden mental, que tiende a traducirse en sufrimiento. Pueden desencadenar estancamiento en el crecimiento personal; o por, el contrario, con perseverancia, valentía y ganas de transformación se traducirá en una vida más plena y rica”.
Para ir saliendo de este shock emocional, de la espiral negativa creada por temores y angustias que se visibilizan en la perturbación de nuestras emociones, mucha de estos males emocionales son a causas del el miedo al estigma de vivir con el VIH y cómo se asumirá este en el trabajo, al familia, la vida social, no solamente en las salas de espera, consultorios o laboratorios clínicos.
Mucha de la presión emocional que padecen los seropositivos es interna, porque se reciclan las angustias y temores, a demás de la externa por lo que pensaran o dirán los demás. Esta tensión disminuye la energía emocional, la estanca, y propicia estados de soledad, marginación y deseperanza.
Mónica Esgueva en Cuando seas feliz, nos instruye en la manera en que se puede ir eliminando la energía negativa, externa e interna, que nos paraliza para acceder a un estado emocional más sano sin tantas cargas psicológicas excesivas y perjudiciales para la salud mental.
Hay que dejar pasar la energía negativa, perdonar actitudes y acciones, comprender que la inestabilidad psicológica puede sanarse fácilmente replanteando o revalorando nuestras metas y, lo que lo sostiene, nuestras emociones y sentimientos cotidianos.
Mucho sufrimiento emocional es a causa del estigma social negativo asociado al VIH, algo que puede solucionarse al saber que esas opiniones discriminadoras y erróneas hacia una persona seropositiva están en la cabeza de los otros, algunas de estas pueden problematizar la vida cotidiana de estos pacientes, pero hay que tener presente que ese es su problema no de los portadores que ya tienen suficientes preocupaciones que atender cotidianamente como para cargar las emociones negativas de forma gratuita.
Para ayudar a recobrar el gusto por la vida, curando depresiones transitorias, rehacer los planes de vida, no sólo siguiendo un tratamiento antirretroviral que es digamos la solución biológica, pero no todo hay que dejarlo en los medicamentos, análisis y seguimiento serológico es necesario atender los trastornos del mundo emocional o psicológico. Porque en esto descansa gran parte del bienestar cotidiano de los portadores, es el mundo invisible que puede ser sanado por los propios pacientes con ayuda profesional.

Esgueva, Mónica L.
Cuando sea Feliz
Editorial Urano, Barcelona, 2011, 310 pp.

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