domingo, 29 de septiembre de 2013

HÉROES ANÓNIMOS QUIENES VIVEN ENFERMEDADES TERMINALES

Suplemento Cultural La Tinta Suelta HÉROES ANÓNIMOS QUIENES VIVEN ENFERMEDADES TERMINALES Juan Pablo García Vallejo *Aprender a morir enseña a vivir plenamente. **El sufrimiento es una oportunidad de aprendizaje. ***Lecciones para enfrentar enfermedades graves.
Texcoco a septiembre 27 de 2013.- La vida es una enfermedad de trasmisión sexual y mortal, decía en alguno ocasión el cineasta norteamericano Woody Allen, con su ironía característica. Y más allá del atractivo humorístico de esta frase, resulta ser del todo correcta en su amplio sentido. Los seres humanos somos seres para la muerte, pero esta verdad esencial e inmutable es negada cada día y a cada momento por un sinfín de trampas y espejismos baratos que nos impone la cultura consumista actual. Entender la presencia inesperada de enfermedades terminales como el cáncer, la leucemia, enfermedades invalidantes y muchos otras más nos confronta con nuestra vulnerabilidad existencial y descubren nuestras debilidad y fortaleces ocultas para reconocer lo valiosos de la vida y que esto no se encuentra en inundarnos con cuestiones materiales que solo sirven para distraernos momentáneamente y olvidar que hay cosas invisibles y gratis más importantes que los caprichos personales –dinero, poder, éxito social- que nos pone como meta la sociedad consumista. Y cuando se presenta una enfermedad terminal el primer afectado es nuestro ego, es decir, la imagen ficticia que nosotros mismos nos construimos, entonces vienen las preguntas obligadas pero inútiles ¿Por qué a mí si soy buena persona? ¿Por qué ahora que no he realizado mis sueños y proyectos? Sin reconocer que estos males incurables son una prueba más de nuestra existencia pues el sufrimiento no sólo es un laberinto doloroso sin sentido sino a la vez es la oportunidad de aprendizaje para el cual no estamos preparados pero que tenemos que entrarle obligadamente. Pero luego del desconcierto, del shock psicológico, por la mala noticia recibida por la enfermedad termina las personas que la padecen se van convirtiendo poco a poco en héroes anónimos de su propia historia personal. Tale s la lección principal que nos enseña la terapeuta norteamericana Michele A. Reiss en su obra Lecciones de pérdida y vida, publicado por Editorial Océano, m en su colección Para estar bien.
“La enfermedad ye l dolor de una pérdida son experiencias inevitables. Todos nosotros, independientemente de nuestro nivel cultural, espiritual y socioeconómico, tarde o temprano tenemos que lidiar con los retos de la enfermedades que amenazan la vida o implican la pérdida del ser querido. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para compartir algunas de las lecciones que he aprendido de personas muy especiales con las que he tenido el honor de trabajar”, señala la especialista. Así, la primera lección que aprendió en su consulta esta terapeuta de los enfermos terminales es saber decir las malas noticias que cambian la vida tanto al mismo paciente como a los familiares, sin crear falsas esperanzas que solo aumentan el dolor y la confusión. La senda lección es saber decir adiós a los eres queridos desahuciados de forma amorosa. La tercera es arreglar las cosas pendientes como la reconciliación en caso de un conflicto familiar o de un alejamiento de los parientes cercanos. La cuarta es entender el significado personal dela enfermedad terminal del paciente para aliviar el temor y la soledad. La quinta lección es aprender las etapas del duelo descritas por la tanatóloga Elizabeth Kübler-Ross (negación, enojo, negociación y aceptación) para asimilarlas y o quedar como dolientes traumatizados. La sexta lección es que las experiencias con enfermedades que ponen en riesgo la vida nos acerca a entender el significado de la muerte y de esto sacar provecho para vivir más plenamente y valorar lo que tenemos, es decir, saber lo que realmente importa. La séptima lección es priorizar las cosas y ya no dejarnos guiar por los espejismo consumistas que solo nos desviando e nuestra felicidad y de lograr una vida satisfactoria. La lección final es entender estas tragedias personales como una oportunidad para ayudar a otros y así mismo reconocer la fortaleza y estrategias de habilidades en nosotros mismos para superar el dolor y la pérdida. Estas lecciones las aprendió Michel A. Reiss poco a poco durante su experiencia profesional, de más de 30 años, con diferentes pacientes terminales –niños, jóvenes, hombre y mujeres adultos- y que ahora el lector puede aprender en este sencillo manual que está escrito de forma sencilla y lejos e los tecnicismo médicos que solo confunden a los pacientes y familiares. Michele A. Reiss Lecciones de pérdida y vida Editorial Océano, Col. Para estar bien, México, 2013, 225 pp.

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