jueves, 7 de octubre de 2010

El juicio a una Leona insurgente


“No sólo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres,
ellas son capaces de todos los entusiasmos y los deseos de la gloria,
y la libertad de la patria no le son unos sentimientos extraños
antes bien suele obrar en ellas con más vigor.”
Leona Vicario

Si no contáramos la vida de Leona Vicario, nuestra historia nacional quedaría fragmentada. ¿Cómo sería posible conocer nuestra historia, si ocultáramos a quiénes financiaron, protegieron y reclutaron a los soldados que lucharon por nuestra Independencia, a quién como Leona Vicario dio sus bienes y arriesgó su vida por lo que todos anhelaban: justicia, libertad e igualdad y a quién por iniciativa propia tradujo obras prohibidas para inspirar a nuestros héroes? ¿Cómo olvidar a una mujer que se encargó de financiar y reclutar armeros para que los insurgentes tuvieran cañones, fusiles y pistolas con qué luchar, a una mujer estratega que mantenía informados a nuestros líderes insurgentes de todos los movimientos del gobierno realista, a una mujer que sirvió de inspiración a muchos y que por su importancia en la Guerra de Independencia fue rescatada por los mismos insurgentes de su reclusión en el Colegio de Belén? Esta fue la vida de Leona Vicario, o de doña Leoncita, como solían llamarla.

María Inés Pintado, Raymundo Pastor, Ylia O. Popesku, Manuel Lapayre, Eduardo Negrete, Claudia Schmidt, Mercedes Sanchez, Sonia Couoh, Claudia Nin, José Guadalupe Martínez.

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