martes, 7 de febrero de 2012

El dulce artesanal en tierra buena

*Una gran historia familiar y de identidad cultural regional
** Los dulces símbolos de felicidad y gozo.
***"El que no se quema no es dulcero".

Juan Pablo García Vallejo

“¡Paraguas para las señoritas! De colores y sabores. Para endulzar los amores de las muchachas bonitas”, es uno de los muchos refranes que pregonaban los dulceros por la calle y que vienen en un libro bastante interesante dedicado a recuperar la historia y tradición de la elaboración artesanal de dulces en el centro del país, Azúcar derretida. Dulce artesanal en tierra buena, del maestro Gustavo Meza Medina.
Recientemente conocí al maestro Meza Medina, un animado promotor cultural de Aguascalientes y me comento que tenia publicado un libro sobre la historia del oficio de hacer dulces en ese estado de la república. México es un país rico en la elaboración de dulces desde los que hacían los indígenas precolombinos con miel, hasta los dulces que trajeron los españoles.
Es una historia desde abajo, le señale, pues trata de gente trabajadora, de artesanos que dedican toda su vida a conservar la tradición, que heredan de generación en generación, pese a la amenaza siempre latente de que la modernidad los olvide.

“Aquí están acarameladas las frutas bien maduritas ¡Que ricas son! Señoritas, doñas, viudas o casadas.”

Y para comprender el gran interés del maestro Meza en la recuperación de la historia artesanal de sus padres pone como epígrafe de su obra un pensamiento muy apropiado al tema de Vasconcelos: “Basta, en efecto, escarbar un poco en nuestros hábitos para que afloren los maravillosos tesoros escondidos en la tradición de nuestros padres.” Y Meza Medina si que escarbo, no solo en la vida de sus padres, sino en la historia del dulce artesanal, para que no se pierda esta historia.
Así que Meza se dedico con entusiasmo y amor a conocer más la tradición dulcera de sus padres y abuelos, como fue que sobrevivieron a las penurias económicas y los problemas familiares, hasta crear una gran familia que ha heredado el oficio de dulcero.
“En aquellos tiempos, todo era amasar el dulce caliente con las manos, hacer bolas, huesitos de, marinas, dar punto con las manos en el dulce hirviendo, azotar en la alcayata la trompada, acomodar la bombonera para vaciar hirviendo todavía el caramelo de la sombrilla, cortar en trozos pequeños los quemados, después de quemarse las cejas, las rodillas, las manos y la vida, de convivir con cientos de moscos que picaban tantas veces que ya nos e sentían las consecuencias. Esa era la historia cotidiana de una familia de dulceros, la de Lolo y Tola.” escribe Meza Medina en el capitulo sexto de su libro.

“Hay trompadas de a centavo. Pa’ quien las quiera comprar. Y si o, pos a ver que hago… Trompadas le voy a dar.”

Azúcar derretida. Dulce artesanal en tierra buena, publicado por el Instituto Cultural de Aguascalientes con el apoyo del PACMYY. Aunque en esta historia se vinculan otras como la historia regional y cultural, porque destaca en varias parte de su obra la importancia que le otorgan los científicos sociales al trabajo artesanal.
“Son productos culturales, que reflejan cosas bellas, de hecho el dulce artesanal tiene como características esencial que se ve, además de rico, bello por los colores, las texturas y los olores. En los buenos dulces artesanales, se refleja lo mejor de la tradición mexicana, en ellos se refleja el buen gusto de los mexicanos, tanto de los artistas que los fabrican como de los que los consumimos con entusiasmo.”
El libro además de ser un homenaje para Lolo y Tola, padres del maestro Meza Medina, es una excelente introducción para quien quiera conocer más sobre la fabricación de dulces regionales porque en cada capítulo se ofrece de forma sencilla el procedimiento de elaboración. Pues como dijo Laura Esquivel, “la cocina es fuente de conocimiento”. Pero no todos saben los secretos de la preparación, que solos e adquieren con los años, no solo al aprender la técnica bien sino en inventar otras recetas y procedimientos de fabricación. Como darle punto a la azúcar para fabricar los distintos dulces, evitar el empanizamiento de las cucharas y darle panis al caramelo, cosas que nos parecen muy extrañas a nosotros.

“Bolas, bolas ¡Ay que bolas! Que tienes sabor del cielo. Venga usted aquí la espero, a ver que hacemos a solas.”

Con la preparación de dulces se benefician muchas personas no sólo los productores artesanales y sus hijos que emplean en sus talleres, sino todo mundo. Dice Meza: los dulces son símbolo de felicidad, de bienestar, de gozo.” O esta afirmación de don Lolo: siempre que hay buenos dulces hay caras alegres, eso tenlo por seguro”.

Y como conclusión de esta gran historia de los dulces artesanales, el maestro Meza Medina afirma que “comer dulces tradicionales es también como una señal de protesta, contra las injusticias económicas y sociales, contra la invasión cultural y contra la desintegración social por la violencia, la inequidad y el abandono que amenaza la identidad mexicana."

No hay comentarios: